Estos son los síntomas del trastorno por déficit de atención en niños

La identificación precoz del trastorno por déficit
de atención e hiperactividad (TDAH) permite
implementar terapias oportunas.
Caracas.- La identificación precoz del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) permite implementar terapias oportunas, esto motivó a investigar a los especialistas en lo referente a las características asociadas durante la infancia y niñez.

La información se recopiló con un cuestionario clínico del TDAH para padres. Participaron diez madres de 32 años de edad promedio. Los resultados demuestran que el trastorno es hereditario y además, existen factores de riesgo durante el embarazo y el nacimiento.

Las características del TDAH en la infancia y niñez son nivel de actividad por encima de lo normal, inquietud para dormir, bastante insistentes para pedir algo, desarrollo motor grueso normal, pobre coordinación motora fina, tendencia a sufrir accidentes, desarrollo ligeramente precoz del lenguaje, progreso académico regular, repetición de grado, participación en programas especiales de educación, dificultad para conservar amistades y comportamiento pobremente dirigido por reglas.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una patología de etiología genética y neurológica cuya prevalencia se ha estimado en un 3-7 % de la población de niños en edad escolar (American Psychiatric Association, 2002).

El núcleo diagnóstico de este trastorno lo compone la inatención y la hiperactividad-impulsividad. Los síntomas aparecen antes de los 7 años de edad, se presentan en dos o más ambientes (escolar, familiar, entre otros) y causan un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.

Además, la sintomatología no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico y no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (American Psychiatric Association, 2002).

Según Biederman (2004) existe una fuerte contribución genética con una tasa del 76 %. Biederman et al. (1995) señalan que existe riesgo de padecer el trastorno cuando alguno de los padres ha sido diagnosticado con TDAH. Los familiares en primer grado de niños con TDAH tienen alto riesgo de tener TDAH (Biederman et al., 1992).

Los estudios con familias muestran un elevado riesgo de TDAH entre los familiares biológicos (10-35%) incrementándose a un riesgo de 55 % en al menos 1 padre en las familias con dos niños afectados; además, los padres con antecedentes de TDAH tienen un riesgo de más del 57% de tener descendencia con TDAH (Barkley & Murphy, 2005).

Existe evidencia que el origen del TDAH es neurobiológico y genético (Biederman, 2004) y no se sustenta por factores sociales (Barkley & Murphy, 2005). El TDAH no es un problema de comportamiento, ni de educación, ni social, ni debido a una mala crianza (Barkley, 2009).

El hallazgo de una influencia social significativa en el TDAH es raro y puede provenir de fuentes como informes de los padres y maestros del niño (Martinez, 2006), sin embargo el TDAH no se justifica por factores sociales medioambientales, sino que los factores neurológicos y genéticos cumplen un rol clave en el origen y expresión del trastorno (Barkley & Murphy, 2005).

Además, las complicaciones durante el embarazo están asociadas a la existencia de TDAH, especialmente el hábito de fumar (Biederman, 2004; Milberger, Biederman, Faraone & Chen, 1996), consumir alcohol, posibles niveles de fenilalanina en la madre y de forma cuestionable el estrés y la ansiedad durante el embarazo (Barkley & Murphy, 2005).

El TDAH fue diagnosticado en niños y niñas cuyas madres o padres fueron dependientes del alcohol, en aquellas madres que consumieron alcohol durante el embarazo, en aquellos bebés con bajo peso al nacer (Knopik et al., 2005) y en madres con salud pobre durante el embarazo (Sprich-Buckminster, Biederman, Milberger, Faraone, Lehman, 1993 en Spencer, Biederman & Mick, 2007).

De acuerdo a Amor et al. (2005), el perfil de las complicaciones en el embarazo, trabajo de parto, nacimiento y neonatales en niños con TDAH y sus hermanos no afectados no es paralelo debido a que los niños con TDAH tiene un nivel incrementado de complicaciones. Sprich-Buckminster, en 1993 en Spencer et al., 2007, hallaron que las complicaciones durante el parto como toxemia, eclampsia, sufrimiento fetal, duración del parto, bajo peso al nacer y hemorragia antes del parto determinan cierta predisposición al TDAH.

Durante la infancia, los padres observan en sus hijos, las siguientes características asociadas al TDAH: actividad motora excesiva (Martinez, 2006), incluso presentan gran movimiento físico durante el sueño, dificultades para conciliar el sueño o sufren de insomnia, características de temperamento difícil como llorar excesivamente, mostrarse difíciles para consolar y experimentar angustia cuando son separados de la madre o cuidador.

La conducta está pobremente regulada por reglas, les resulta difícil cumplir las órdenes, a tal punto que en muchos casos parecen estar afectados de lesiones auditivas, ya que aparentan no escuchar, entonces, los padres experimentan un alto grado de estrés cuando observan que sus hijos no responden a requerimientos parentales comunes ni al consejo acerca de la conducta.

La conducta agresiva (verbal y física) también es frecuente en los niños con TDAH , tienen menos habilidades sociales, son entrometidos, bulliciosos, fastidiosos, presentan conductas negativas en la clase como estar fuera de la tarea, molestan a otros niños, producen ruidos perturbadores, no siguen las reglas, discuten y tienen deficientes patrones de comunicación social.