San Carlos.- Hoy se conmemora el Día Internacional de la Espina Bífida una malformación congénita en la que existe un cierre incompleto del tubo neural al final del primer mes de vida embrionaria y posteriormente, el cierre incompleto de las últimas vértebras. La principal causa de la espina bífida es la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al embarazo y en los tres meses siguientes.
La espina bífida es una enfermedad congénita que aparece en el primer mes de embarazo en las mujeres y afecta directamente al embrión al no cerrarse completamente el tubo neural del cual se genera el sistema nervioso central. Así lo describe el Dr. Alejandro Krajewski, neurocirujano adscrito a Sanitas Venezuela.
Actualmente las causas que originan esta patología son desconocidas, sin embargo algunos factores ambientales, genéticos y nutricionales (déficit de ácido fólico), contribuyen con su formación. Es importante resaltar que los signos pueden estar ausentes o presentarse en diversas formas como marcas, hoyuelos y mechones de pelo en la piel. También se puede observar deformidad o atrofia en los pies y piernas así como la aparición de sacos, que se manifiestan según su estructura.
Los síntomas de este padecimiento pueden estar ausentes si es una espina bífida oculta o acompañarse con la aparición de la hidrocefalia (trastorno del paso del líquido cefalorraquídeo que circula por el cerebro y la médula espinal), debilidad muscular, dificultad para bipedestación (capacidad para mantenerse parado) y para caminar. Además genera incontinencia urinaria y fecal.
Es importante resaltar que durante el embarazo se puede diagnosticar la patología a través de un ultrasonido fetal, determinación de los niveles de alfa-fetoproteína materna en la sangre y luego en el segundo trimestre realizar una amniocentesis. Luego del nacimiento del infante, se pueden efectuar radiografías, tomografías o resonancia magnética para obtener imágenes de su columna y vértebras.
El especialista señala que existen varios tipos de espina bífida, entre ellas se encuentra la oculta, que suele ser una de los más comunes y con menos síntomas debido a que está cubierta por músculo y piel. Seguidamente, el defecto del tubo neural cerrado, donde las alteraciones son de tipo graso u óseo, el meningocele donde las meninges de la columna salen al exterior por la apertura de la malformación y puede presentar pocos síntomas. Finalmente el mielomeningocele que es la forma más severa debido a que el tejido nervioso sale por el defecto de la columna y puede generar trastornos motores, sensitivos y de incontinencia urinaria y anal.
“No existe tratamiento que ofrezca una cura debido a que los problemas neurológicos adquiridos son imposibles de reparar. Los pacientes con espina bífida oculta o con escasos síntomas no requieren de tratamiento quirúrgico. En los casos de meningocele y mielomeningocele se realiza el procedimiento para evitar nuevas complicaciones como traumatismo del tejido nervioso expuesto o infecciones para restaurar y cerrar la lesión. En el caso de los lipomielomeningocele, esta intervención se lleva a cabo para evitar el síndrome de la médula anclada”, explica el experto.
En el marco del día mundial de la espina bífida el Dr. Krajewski, recomienda a las mujeres en edad fértil evitar la carencia de ácido fólico debido a que es uno de los factores que ayuda a prevenir este padecimiento. Asimismo, durante el embarazo les aconseja acudir a las consultas prenatales para su diagnóstico precoz.