La vida después de sobrevivir al cáncer de mama

El cáncer de mama es catalogada como una 
de las grandes epidemias del siglo XXI.
San Carlos.- Ser diagnosticada con cáncer de mama es uno de los capítulos más difíciles en la vida de cualquier mujer, y es que esta enfermedad, catalogada como una de las grandes epidemias del siglo XXI, en la mayoría de los casos avanza de forma silenciosa, por lo que se detecta de forma tardía y cuando ya está avanzada.

Por eso es necesario que tanto mujeres como hombres tomen conciencia de esta enfermedad y dediquen un tiempo para realizarse de forma anual los exámenes y chequeos necesarios.

Pese a lo duro que puede ser este episodio en la vida de las personas y sus familiares, no todos los casos de cáncer de mama terminan con un final trágico, pues algunas pacientes sobreviven a la enfermedad y además se convierten en ejemplo de lucha para la sociedad en general, al tiempo que sus testimonios motivan a seguir luchando a quienes la padecen, ese es el caso de Patricia Belandria, una médico pediatra quien hace cinco años atrás fue diagnostica con cáncer de mama.

Sentada en su consultorio, Patricia recuerda que cuando se bañaba sentía una pequeña protuberancia en uno de sus senos, pero como jamás imaginó que fuese algo de cuidado o maligno, postergó por seis meses su visita al médico.

Durante un período de vacaciones, el cual le fue asignado antes del tiempo requerido por ella, lo que le produjo natural molestia, decidió asistir a un especialista para un examen de rutina no precisamente por lo de su seno, aprovechó sí, para consultarle por esa “pequeña pelotica” que sentía cada vez que se bañaba y durante la realización del eco mamario, la angustia del médico tratante se vio reflejada primero en su rostro y luego en su apresurado diagnóstico, pues pese a no contar con la edad necesaria o estipulada para el desarrollo de una mamografía, fue remitida a la Clínica del Cáncer en El Vigía a hacerse el examen que no solo corroboraba lo pensado por el médico, sino que era el principio de un largo viacrucis que debía atravesar nuestra entrevistada.

Sin embargo, como es de esperarse, la negación fue la primera actitud tomada por Patricia, se decía así misma que ella no podía tener cáncer, por lo que recurrió a una segunda opinión, esta vez en la ciudad de Mérida, donde el diagnóstico era confirmado.

Con los ánimos por el suelo, pese a contar con el apoyo de su familia, conformada por su mamá, hermana y cuñado, Patricia viaja a Caracas donde es sometida a una mastectomía radical.

Después de la cirugía, su estado de salud era estable, pero en lo emocional estaba devastada, se sentía incompleta y deforme, pese a que había recibido la buena noticia que su tumor era sensible a hormonas femeninas, por lo que su recuperación sería mucho más fácil.

Luego que le retiraron los puntos, Patricia regresó a El Vigía y es en el estado Mérida donde recibe las dosis de quimioterapias requeridas para terminar de exterminar las células cancerosas, pero también las cuales la llevaron a perder su cabello. Hay que resaltar además que una complicación en su sistema sanguíneo, la llevó a recibir el año nuevo del 2012 en una clínica.

Actualmente esta luchadora se encuentra libre del cáncer y aunque recuerda con dolor todo lo vivido, bendice y agradece a Dios por demostrarle lo bendecida que es, no solo por seguir con vida, sino también por el cariño y el apoyo que recibió de muchísimas personas.

Labor social
Patricia trata que su testimonio ayude a otras personas que al igual que ella han sido diagnosticadas con esta enfermedad, por lo que ahora comparte sus labores diarias con acciones benéficas y loables al lado de las Damas Voluntarias de El Vigía, pero además ve la vida con otra perspectiva y trata de vivir cada día al máximo, rodeada de su familia y amigos, pues sin duda el amor y el apoyo de quienes la rodean, fue el arma más poderosa que utilizó para derrotar el cáncer.