Un "gorro" puede reducir la pérdida de cabello durante la quimioterapia

En un período promedio de 2.3 meses
de quimioterapia, los resultados mostraron
que el porcentaje de participantes que mantuvieron
al menos el 50% de su pelo fue de hasta 66%
en el grupo de tratamiento activo. 
Caracas.- Gracias a la ciencia, cada día se cuenta con terapias más eficaces frente al cáncer. Unos tratamientos que, en el caso especialmente de la quimioterapia, no están exentos de efectos secundarios. Es el caso, entre otros y dada la agresividad de los fármacos, de la pérdida del pelo. Pero como muestran dos estudios publicados en la revista "JAMA", esta alopecia que tan fuerte impacto causa en la autoestima de los pacientes podría reducirse, y mucho, con el uso de dispositivos para ‘enfriar’ el cuero cabelludo durante la quimioterapia, reportó ABC.

Los dispositivos evaluados en ambos estudios reducen el flujo sanguíneo en los folículos pilosos, lo que minimiza la cantidad de fármacos quimioterápicos que acaban llegando a los folículos. Así, el objetivo es utilizar el dispositivo o "gorro" mientras se administra el tratamiento para reducir, en la medida de lo posible, la afectación de los folículos y la consecuente pérdida de pelo, calificada por las propias pacientes como uno de los efectos adversos más ‘angustiosos’ de la quimioterapia. Y según las nuevas evidencias, parece que funciona.

En el primero de los estudios, investigadores de la Facultad de Medicina Baylor en Houston (EEUU) contaron con la participación de 182 mujeres diagnosticadas con cáncer de mama que, en función de un criterio aleatorio, fueron seleccionadas para llevar un ‘gorro’ para enfriar o ‘refrigerar’ su cuero cabelludo –119 pacientes– o un gorro que, aun similar, no producía ningún efecto –62 pacientes que conformaron el consabido ‘grupo control’– mientras recibían quimioterapia. Concretamente, las participantes portaron sus ‘gorros, ya fueran ‘activos’ o ‘placebos’, desde 30 minutos antes de someterse a la quimioterapia de infusión y hasta 90 minutos después de concluido el tratamiento.

El estudio fue diseñado para realizar cuatro ciclos de tratamiento. Sin embargo, los resultados fueron tan contundentes que la investigación fue interrumpida antes de tiempo. Y es que el análisis de los resultados preliminares, alcanzados con un total de 142 participantes, mostró que el porcentaje de mujeres que conservaron al menos la mitad de su pelo durante la quimioterapia fue de 51% en el caso de portar el gorro ‘refrigerante’ y de un rotundo 0% en el grupo control.

Y esta retención del pelo, ¿supuso algún beneficio para la calidad de vida de las participantes? Pues de acuerdo con los resultados, no. O cuando menos, no resultaron estadísticamente significativos. Además, algunas de las pacientes que portaron el dispositivo de enfriamiento capilar experimentaron algún efecto adverso, pero siempre de carácter leve o muy leve.

Es necesaria más investigación para establecer la eficacia a largo plazo de nuestro procedimiento y su seguridad, concluye Julie Nangia, directora de esta primera investigación.

El segundo trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), contó con la participación de 122 pacientes de cáncer de mama que, de forma totalmente aleatoria, llevaron el dispositivo de enfriamiento capilar –a una temperatura constante de 3º C– o el ‘gorro placebo’ desde 30 minutos antes de iniciar cada ciclo de quimioterapia y hasta 90-120 minutos después de concluido el tratamiento.

En este caso, y un período promedio de 2.3 meses de quimioterapia, los resultados mostraron que el porcentaje de participantes que mantuvieron al menos el 50% de su pelo fue de hasta 66% en el grupo de tratamiento activo. Un beneficio del que, una vez más, no disfrutó ninguna paciente del grupo control.

Es más; el uso del dispositivo de enfriamiento capilar se asoció con una mejora significativa en tres de los cinco parámetros evaluados para medir la calidad de vida una vez concluida la quimioterapia. Y mientras la proporción de pacientes que aseguraron sentirse ‘físicamente menos atractivas’ en el grupo control se estableció en un 56%, en aquellas que portaron el gorro de enfriamiento fue de sólo 27%.

Y en este caso, ¿no hubo ningún efecto adverso asociado a la refrigeración capilar? Pues sí: cuatro de las 106 participantes experimentaron cefaleas leves, y tres tuvieron que dejarlo al sentir un frío excesivo.

"Se requieren más investigaciones para determinar los efectos tras la administración de la quimioterapia, cuantificar la alopecia a largo plazo, y establecer los posibles efectos secundarios", indicaron los autores.