El próximo paso de los investigadores será analizar la efectividad del tratamiento con vitamina B3 en seres humanos con glaucoma. |
Caracas.- Al día de hoy conviven en el planeta cerca de 80 millones de personas con glaucoma, conjunto de 60 enfermedades oculares que conllevan a la ceguera por una degeneración progresiva del nervio óptico. De hecho, el glaucoma se corresponde con la primera causa de ceguera irreversible en todo el mundo. Todo ello a pesar de que esta pérdida de visión puede prevenirse en hasta un 90% de los casos. Entonces, ¿qué pueden hacer las personas en alto riesgo para evitar el desarrollo del glaucoma? Pues según un estudio llevado a cabo por investigadores del Jackson Laboratory en Bar Harbor (EE.UU.), tan solo tienen que tomar vitamina B3.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Science», muestra que la administración de vitamina B3, dado que previene la gran mayoría de alteraciones moleculares asociadas a la edad que tienen lugar en el nervio óptico, es muy eficaz a la hora de prevenir la aparición del glaucoma. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.
Como explica Simon W. M. John, director de la investigación, «nuestro trabajo ofrece unos resultados muy prometedores de cara al desarrollo de tratamientos baratos y seguros para los pacientes con glaucoma».
Proteger el nervio óptico
Básicamente, el glaucoma es causado por un exceso de la presión intraocular, exceso que a la larga acaba provocando la degeneración y muerte de las células ganglionares de la retina (CGR), esto es, las neuronas que forman el nervio óptico y transmiten la información visual desde la retina hasta el cerebro. Pero, ¿cuál es el principal factor de riesgo para padecer este exceso de presión y, por tanto, el glaucoma? Pues, simple y llanamente, la edad. Por ello, el objetivo del nuevo estudio fue identificar los mecanismos que, con el paso de los años, dan lugar a una elevación de la presión intraocular y a una mayor vulnerabilidad de las CGR.
Como refiere Simon John, «queríamos identificar los factores clave de susceptibilidad asociados a la edad que provocan cambios en el ojo con el paso de los años y acaban aumentando la vulnerabilidad a las enfermedades, muy especialmente a las enfermedades neuronales».
Para ello, los autores sometieron a distintas pruebas genómicas, metabólicas y neurobiológicas a modelos animales –ratones– tanto normales como genéticamente manipulados para padecer glaucoma. Y lo que observaron es que los niveles de una enzima que, denominada ‘nicotinamida adenina dinucleótido’ (NAD), juega un papel clave en el metabolismo de las neuronas, se deterioran progresivamente con la edad.
Como indica el director de la investigación, «la analogía que podríamos usar es la de una vieja motocicleta. Corre muy bien, pero las piezas se vuelven menos fiables con el paso de los años. Y un día, al subir una colina o hacer un largo viaje, nos damos cuenta de que tenemos problemas. Es menos fiable que una motocicleta nueva y va a fallar con más frecuencia que una moto nueva».
El resultado es que, dado el descenso de los niveles de NAD, el metabolismo energético de las neuronas se ve comprometido. Más aún en las situaciones de estrés, caso de una presión intraocular excesiva.
O como refiere Simon John con sus símiles ‘moteros’, «sería como subir una gran colina con nuestra motocicleta vieja. La cantidad de fallos aumenta con el tiempo, lo que provocará un mayor daño y una mayor progresión de la enfermedad».
Entonces, ¿qué se puede hacer para corregir el descenso de NAD y proteger a las CGR? Pues de acuerdo con los resultados, administrar vitamina B3, caso de la nicotinamida. Y es que esta forma de vitamina B3 potencia la fiabilidad metabólica asociada a la edad de las CGR, manteniéndolas sanas durante mucho más tiempo.
Así, como apunta Pete Williams, co-autor del estudio, «las CGR se conservan saludables y metabólicamente robustas, por lo que tienen una mayor capacidad para resistir frente a los procesos deletéreos incluso cuando se produce una elevación significativa de la presión intraocular».
Terapia génica
Es más; el estudio también constató la eficacia de la terapia génica, o más concretamente, de la inoculación del gen ‘Nmnat1’ –gen que expresa el enzima que metaboliza la nicotinamida en NDA–, para prevenir el desarrollo del glaucoma en los ratones.
En palabras de Pete Williams, «para muchos pacientes, y muy especialmente los más mayores, puede resultar un problema el tener que tomar sus fármacos todos los días y a las dosis correctas. Así, la terapia génica también debe contemplarse como una posible alternativa protectora frente al glaucoma».
Sea como fuere, el próximo paso de los investigadores será analizar la efectividad del tratamiento con vitamina B3 en seres humanos con glaucoma, así como evaluar su posible aplicación en otras enfermedades caracterizadas por la neurodegeneración.