Caracas.- Madrugador, trasnochador o intermedio. Cada persona pertenece a alguno de estos cronotipos en función del sueño. Y este hábito lo regula la melatonina, una hormona que se libera en la oscuridad y que se encarga de sincronizar las funciones de nuestro organismo, de nuestro reloj biológico.
El cambio de la noche al día y viceversa incide en nuestro reloj biológico que, a su vez, envía una señal a la glándula pineal, situada en el cerebro, para que produzca melatonina cada 24 horas. Explica el doctor Darío Acuña Castroviejo, pionero en España en el estudio de la melatonina y director del Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL) de la Universidad de Granada.
La producción de melatonina empieza a aumentar cuando se inicia la disminución de luz ambiental y alcanza un pico máximo entre las 2.00 y las 4.00 horas. Es lo que se denomina ritmo circadiano de la melatonina.
En función de la hora a la que se produce el nivel máximo de melatonina así se dividen los cronotipos humanos:
Cronotipo intermedio
El pico de melatonina se da sobre las 3.00 horas en un horario nocturno entre las 00.00 y 08.00 horas. El 50 % de la población pertenece a este grupo.
Cronotipo matutino
El pico de melatonina se adelanta a la medianoche. Corresponde a una persona que necesita ir pronto a dormir y las primeras horas de la mañana es su momento más activo. Duerme entre las 22.00 y las 06.00. El 25% de la población.
Cronotipo vespertino
El pico de melatonina es a las 6.00 horas. Es aquella persona que rinde mejor por la noche pero que durante la mañana duerme hasta tarde. Su horario de sueño es de las 3.00 a las 11.00 horas. El otro 25% de la población.
“Ahora muchas empresas de trabajo a turnos están conociendo el cronotipo de cada trabajador, a través de cuestionarios, para que rindan más, sean más efectivos y haya menos riesgo de accidente”, señala el doctor Acuña.
¿Cómo actúa la melatonina?
La melatonina que libera la glándula pineal, en especial en el pico cada 24 horas, se dirige a la circulación sanguínea y a todas las células y tejidos.
“Llega a todas las partes del organismo casi al mismo tiempo y cuando se alcanza el pico máximo, por ejemplo a las 03.00, es como si se pusiera a cero el reloj de todas las células del organismo para que cuenten 24 horas hasta el día siguiente que el llegue el siguiente ciclo. Poner a cero el reloj para que todas nuestras funciones estén sincronizadas”, explica el investigador.
Cuando la producción de melatonina desciende puede ser el origen de trastornos del sueño, pero también del envejecimiento y de las enfermedades inflamatorias.
A partir de los 35 años, como ocurre con otras hormonas, el nivel de melatonina decrece de forma natural con la edad, aunque también algunos medicamentos como los antibloqueantes, hipnóticos o ansiolíticos son causantes de una producción menor.
La Agencia Europea del Medicamento autorizó en 2007 un medicamento de 2 miligramos por cápsula de melatonina con receta médica. “Es una concentración de melatonina muy baja para tratar el insomnio”, apunta el doctor. Las dosis más altas la pueden consegiur los facultativos con una receta de formulación magistral en farmacias.
También hay formulaciones de melatonina de menos de 2 miligramos por cápsula que se venden sin receta en las farmacias. “No hace mal pero el efecto es mínimo o nada. Hay quien dice que duerme mejor, podemos hablar de un cierto efecto o de efecto placebo”, advierte el especialista.
A los trastornos del ritmo del sueño (personas que tardan en dormirse, las que se despiertan y no vuelven a conciliar el sueño o las que se despiertan varias veces en la noche) responde eficazmente la melatonina.
“Hay un consenso internacional que estableció hace unos años la Sociedad Británica de Psicofarmacología que incide en que el tratamiento del insomnio debe empezar con melatonina, no con ningún otro medicamento, y en caso de que falle hay que recurrir a la benzodiazepina (hipnóticos y ansiolíticos) en función de cada caso. Pero nunca empezar con benzodiazepina que obliga a dormir al producir una depresión del sistema nervioso central y tienen efectos secundarios”.
La melatonina, según las investigaciones realizadas, es una señal para inducir al sueño y su dosis externa no afecta al sistema nervioso.
Las cápsulas de melatonina se absorben sin dificultad en el intestino, pasan a la sangre y de ahí al hígado que metaboliza el 60% y la elimina por al orina. El resto llega a los demás órganos del cuerpo. Por eso hay que tener en cuenta la biodisponibilidad para fijar la dosis adecuada.
La cantidad de melatonina en sangre cada 30 minutos se reduce a la mitad, parte porque se metaboliza y parte porque se va al espacio intercelular. Por eso la melatonina no se acumula, razón por la que no provoca adicción y no genera tolerancia (habituarse a la dosis hasta perder efecto).
“Se puede notar que vuelven los problemas de sueño si se deja de tomar, pero no ocasiona síndrome de abstinencia como sí hacen los hipnóticos”, señala Acuña Castroviejo.