Prueban con eficacia nueva vacuna de nanopartículas contra la tuberculosis

La vacuna utiliza unas nanopartículas esféricas
denominadas ‘bio-beads’ para mostrar los antígenos
de la bacteria de la tuberculosis al sistema inmunitario.
Caracas.- Un nuevo estudio publicado en la revista "Applied and Environmental Microbiology", muestra la eficacia de una nueva vacuna de nanopartículas a la hora de promover la respuesta inmune del huésped frente a los antígenos de la tuberculosis. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.

El objetivo de cualquier vacuna profiláctica es ‘presentar’ los antígenos de un patógeno –en este caso, ‘M. tuberculosis’– al sistema inmune del huésped para que genere anticuerpos frente a los mismos. Así, y en caso de una posterior infección, el organismo ya estará dotado con las armas para combatirla. Y en este contexto, la nueva vacuna utiliza unas nanopartículas esféricas denominadas ‘bio-beads’ para mostrar los antígenos de la bacteria de la tuberculosis al sistema inmunitario, informó ABC.

Los ‘bio-beads’ son poliésteres con forma esférica y ensamblados de manera natural por algunas bacterias, entre otras, la ‘Escherichia coli’. Sin embargo, estas nanopartículas o ‘bio-beads’ no son producidos por las bacterias del género ‘Mycobacterium’ –o ‘micobacterias’–, por lo que los investigadores tuvieron que desarrollarlos de forma artificial para que contengan los antígenos micobacterianos –tanto de ‘M. tuberculosis’ como ‘M. bovis’.

En un estudio previo, los autores descubrieron que los antígenos micobacterianos presentes en los ‘bio-beads’ podían inducir una respuesta inmune en modelos animales –ratones–.

Los ‘bio-beads’ eran producidos por ‘E. coli’. Y lo que observamos en estos experimentos era que, junto a los antígenos de la tuberculosis, las proteínas de ‘E. coli’ también se adherían a las superficies de los ‘bio-beads’. Por tanto, y a partir de estos hallazgos, nos planteamos la posibilidad de que estas proteínas también funcionara como antígenos. Por tanto, el objetivo era producir ‘bio-beads’ no a partir de ‘E. coli’, sino de micobacterias, para que así portaran antígenos micobacterianos en sus superficies, incluidos aquellos antígenos aún no descubiertos que podrían tener el potencial de inducir una inmunidad protectora. Y a todo ello se unirían los antígenos de ‘M. tuberculosis’ y de ‘M. bovis’ que añadiríamos de forma deliberada a los ‘bio-beads’, lo que potenciaría la respuesta inmune a la vacuna, explicó Axel Heiser, director de la nueva investigación. 

En definitiva, el objetivo parecía claro: crear las nanopartículas o ‘bio-beads’ a partir de micobacterias. El problema es que, contrariamente a como sucede en el caso de ‘E. coli’, las bacterias del género ‘Mycobacterium’ carecen de las enzimas necesarias para ensamblar los ‘bio-beads’. Entonces, ¿cuál podría ser la posible solución? Pues utilizar técnicas de ingeniería genética para diseñar una micobacteria con las enzimas para producir ‘bio-beads’. Y para más seguridad, emplearon la micobacteria ‘M. smegmatis’, que al contrario que sus compañeras de género no causa la tuberculosis.

"Diseñada la micobacteria capaz de formar las nanopartículas, el siguiente paso fue matarla y romperla para purificar los ‘bio-beads’. De esta manera obtenemos unas nanopartículas completamente naturales. Y además, han demostrado ser biodegradables", apuntó Axel Heiser.

Los ‘bio-beads’ micobacterianos ofrecen una nueva plataforma para la combinación de un gran repertorio de antígenos, comparable al que se utiliza en las vacunas vivas. Además, nuestro método se asocia a una elevada seguridad dado que utiliza material no infeccioso y carece de todo material genético, concluyó Axel Heiser.