Caracas.- Todos alguna vez nos ha tocado bajar la mirada ante la presencia de un orzuelo. Es cuando buscamos una cuchara, la ponemos sobre una vela y nos hacemos nuestra propia curación.
Los orzuelos aparecen cuando uno menos los desea y son glándulas sebáceas inflamadas en el borde del párpado. Es considerada como una enfermedad externa del ojo y tal como muchos creen, una baja de las defensas del organismo hace que la bacteria que lo produce (Staphylococcus aureus) infecte más fácilmente.
Según la oftalmóloga Cecilia Torres,"el orzuelo es causado por la presencia de bacterias, que habitualmente se encuentran en la piel, que penetran en las glándulas sebáceas de los párpados, tapando las glándulas oculares produciendo la inflamación de las mismas y la formación del orzuelo"
Los orzuelos, normalmente se presentan en personas con blefaritis, que aparece cuando las glándulas de Meibomio se obstruyen y las secreciones quedan estancadas, formándose ácidos grasos que irritan la superficie ocular.
El calor sí sirve
El calor es lo más recomendable en estos casos. Se pueden aplicar compresas cálidas en los ojos para disminuir la hinchazón y lo más importante es que no se debe intentar apretar, frotar ni extirpar los orzuelos o cualquier otro tipo de protuberancia del párpado, sino dejarlos que drenen por sí solos. El calor debe ser suministrado de diez a quince minutos y de manera frecuente. Aunque los especialistas dicen que esta patología puede extenderse un mes, es común (por lo menos en la Costa Caribe) que después de una semana ya desaparezca la inflamación.
En cuanto a la aplicación de antibióticos, las gotas son muy eficaces, aunque aquí también difieren los especialistas, argumentando que pueden empeorar la situación y propiciar la aparición de esta inflamación.
Normalmente, junto con la aparición de esta inflamación, llega la conjuntivitis secundaria, que se da por contaminación directa en los casos de orzuelos recurrentes o persistentes.
Cuidados tan esenciales como limpiarse los párpados todos los días con un jabón especial para los ojos, lavarse las manos con frecuencia o evitar tocarse los ojos con las manos sucias, hacen que la aparición de estas enfermedades externas del ojo sea menor