Un estudio médico de la Universidad de Utrecht ha identificado ocho factores que aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral. |
Caracas.- Un estudio médico de la Universidad de Utrecht ha identificado ocho factores que aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral. El estudio solo analiza los factores que llevan a la ruptura de un aneurisma pero no sus causas. Aunque según explica Monique Vlack, neuróloga en el Centro Médico Universitario de Utrech y coordinadora del estudio que publicó la revista ‘Stroke’: “Todos estos comportamientos aumentan la presión sanguínea temporalmente y facilitan que el vaso inflamado por un aneurisma se rompa. Así de sencillo”.
Se calcula que una de cada cincuenta personas, tiene un aneurisma, y aunque no todos llegan a desarrollarse y estallar, son más frecuentes en personas que sufren hipertensión ocasionada por el sobrepeso, sedentarismo y tabaquismo, ya que debilitan las paredes arteriales. Tener sexo, hacer esfuerzo por defecar, asustarse, consumir refrescos y enfadarse ocupan las últimas posiciones de esta lista. El podium lo ocupan tomar café, hacer ejercicios físicos pesados y sonarse la nariz, en primer, segundo y tercer puesto respectivamente.
¿Es lo mismo derrame cerebral que aneurisma?
Un derrame cerebral es el accidente cardiovascular en el que el suministro de sangre a una parte del cerebro se corta súbitamente, y esta pasa a necesitar oxígeno y nutrientes, pudiendo causar la muerte del tejido cerebral. Un aneurisma es una dilatación de una arteria, el causante del derrame. Esta es una zona débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que este sobresalga o se arquee. Cuando se presenta un aneurisma en un vaso sanguíneo del cerebro, se denomina aneurisma cerebral o intracraneal. Esto hace que la arteria se debilite, y pueda reventar. Según un estudio de la Universidad de Stanford, el 2% de la población, poco más de 6.000.000 de personas, tiene aneurismas intracraneales, aunque pocos llegan a romperse.
Solo o con leche, americano o con leche condensada, ¿quién no se toma un cafecito para desayunar o a media mañana, o queda para tomar uno? Quizá ahora lo pensemos dos veces. Es la primera causa que puede aumentar el riesgo de derrame.
Para detectar qué factores eran más frecuentes, el equipo de investigación preguntó durante tres años a 250 pacientes que ya habían sufrido una aneurisma cuáles habían sido sus hábitos y actitudes previos al derrame. Así, encontraron que lo más “peligroso” era tomar café: quienes lo hacían o habían hecho tenían casi el doble de probabilidad de que el vaso sanguíneo se rompiera durante la hora siguiente de haberla tomado. Dejar de tomarlo puede reducir hasta en un 10% el riesgo de sufrirlo.
A casi nadie le gusta hacer ejercicio. Y si es una actividad física pesada mucho menos. Así que evitarlo seguro que nos cuesta mucho menos que dejar de tomar café o de mantener relaciones sexuales. Mover muebles, levantar pesas, desplazar pesos, seguro que a todos se nos ocurren multitud de ejercicios donde tener que hacer un sobreesfuerzo. ¡Pues mucho cuidado!
Es el segundo causante del aumento de derrames. Ya tienes una excusa para ir al sofá y dejar los abdominales a otros.
Sonarse la nariz (5,4%)
El doctor Klein, director del centro de accidentes cerebrovasculares del Instituto de Neurociencia de la Fundación Favaloro del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro en Argentina, comenta que debemos tener cautela a la hora de sacar ciertas conclusiones sobre la investigación.
“Es un trabajo retrospectivo, con todas las controversias que tienen este tipo de análisis, ya que la pureza de las variables estudiadas es mucho menor. El mismo grupo de investigadores acepta esta limitación, y también la de que el estudio solamente pudo ser realizado en aquellos pacientes que sobrevivieron y en los que pudieron contestar el cuestionario y no en todas las hemorragias siubaracnoideas (del sistema nervioso central)”.
Quien iba a pensar que el sexo, una de las actividades que más nos gustan y que de la que obtenemos tantos beneficios, iba a ser la cuarta causa del aumento de derrames cerebrales. ¡Qué disgusto! Aunque quizá el riesgo merezca la pena, ya que según el doctor Luciano Sposato, director del Departamento de Neurología de INECO, “es importante remarcar que este tipo de aneurismas son el tipo menos frecuente. En el Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares, el 83% fue del tipo isquémico (oclusión de una arteria cerebral) y el 17% hemorrágico (ruptura de una arteria cerebral).
Dentro de este último, solamente un 3% fue por ruptura de un aneurisma”.