Un defecto congénito podría impedir a bebés nutrirse con la leche materna

La leche no es el problema. El hipoparatiroidismo
congénito es difícil de diagnosticar pero
puede afectar a los niños durante todo su crecimiento.
San Carlos.- Es muy poco frecuente, pero ocurre. Algunas veces, los recién nacidos no logran crecer lo que deberían al alimentarse sólo con leche materna. 

En esos casos, el problema no es la leche, sino una enfermedad metabólica de origen congénito, llamada hipoparatiroidismo, que impide que el bebé procese adecuadamente el alimento. Al ser un trastorno muy raro, muchas veces los pediatras no hacen el diagnóstico correcto y recomiendan alimentar al niño con fórmula láctea.

Una pediatra venezolana detectó la interferencia del hipoparatiroidismo en los bebés alimentados con leche materna con un caso clínico en Valencia, estado Carabobo. Se trata de Claudia Cristina Sánchez, quien también es asesora de lactancia de Unicef y directora del Centro de Estudios sobre Lactancia Materna y quien presentó su estudio en las más recientes jornadas científicas del Colegio Médico del estado Zulia.

En el caso de la pequeña valenciana, el alerta surgió cuando al mes de nacida, la pequeña había ganado muy poco peso. En promedio, la bebé había engordado 50 gramos en 15 días, en vez de los 300 de la mayoría de los bebés.


La madre se negó a recurrir a fórmula sustituta y solicitó una evaluación integral. Es entonces cuando madre e hija son referidas a Sánchez quien analizó la calidad de leche humana y también solicitó exámenes metabólicos y genéticos, realizados por un nefrólogo pediatra y por una endocrinóloga pediatra. El resultado fue el diagnóstico de la enfermedad metabólica de origen genético, llamada Hipoparatiroidismo congénito, un trastorno hereditario heterogéneo muy poco frecuente, caracterizado por el déficit de parathormona, de calcio, fósforo y vitamina D que afecta el crecimiento y desarrollo del niño, incluyendo huesos, intestinos y riñones, si no se trata a tiempo.

Sobre la base de estos resultados aplicaron el tratamiento médico recomendado para la enfermedad con lo que se lograron dos beneficios:

Realizar un diagnóstico y tratamiento tempranos de una enfermedad que causa estragos en la niñez y permitir que la bebé -que ahora cuenta con nueve meses- fuera alimentada con leche materna que, al decir de Sánchez, es la mejor opción nutricional.

El pronóstico de la pequeña es bueno, ya que se hizo un diagnóstico precoz. Actualmente, la bebé tiene un desarrollo psicomotor adecuado, con los beneficios de una lactancia materna exitosa y feliz, más alimentación complementaria, junto con el tratamiento médico indicado por el nefrólogo y la endocrinóloga", expresó.

La pediatra insiste en que, ante algún déficit de peso o talla o cualquier trastorno aparente en el lactante, los médicos no deben pensar en que el problema es la leche materna y decidan complementar con fórmula. "Por el contrario, se debe continuar la lactancia materna exclusiva, corregir la técnica de lactancia y, como en este caso, buscar la verdadera causa del problema", enfatizó.